viernes, 18 de julio de 2014

Comprando números

Me refiero a ese GRAN momento que son las compras, ese tiempo que uno invierte tratando de encontrar algo que le quepa cuando le sobran unos kilitos (o kilates en mi caso).

Tengo ropa de tantas tallas que podría montar una tienda perfectamente. No sólo por mis subidas y bajas de peso al estilo montaña rusa, que también, sino porque las tiendas tienen la GRANDÍSIMA idea de ir cambiando las tallas cada año, en cada modelo, en cada color!

Situación:
- Oh qué bien, encontré estos pantalones que me caben (importante), son bonitos (mejor todavía) y no son muy caros (ding ding ding! Premio!). Los cogeré en otro color...

Te acercas a la percha y coges otros exactamente iguales, diferente color.

Meeeeek!! ERROR FATAL. 

Al hacer eso te estarás arriesgando como en una ruleta rusa a que llegues a casa y te queden enormes o enanos. Que el corte sea "ligeramente" distinto y que ese culo ya no te parezca tan maravilloso como lo veías en la tienda...
"El que avisa no es traidor"  ;-)

Tengo una falda que me encanta, larga y roja, talla 2 de una tienda (van del 1 al 4). Bueno, pues hace poco volví a por otra prenda y... no cabía ni en la 4!!! Hmmm... o me he comido un cachalote y no me he enterado, lo cual me extraña porque la digestión hubiese sido memorable, o aquí han decidido encargar la ropa para seres pequeñiiiiitos... Será eso, que ahora vivo en Lilliput y tampoco me he dado cuenta... Claaaro, ahora vivo con Lilliputienses y como cachalotes para desayunar.

Luego me pasa otra cosa, y es que no creo que sea la única... pero hay veces que no encuentro ropa en la sección de tallas "normales", entonces me voy a la de tallas más grandes y tampoco!! Vivo en un limbo lorzil!! O soy muy grande para unas o soy muy pequeña para otras... Me siento como si tratase de jugar un partido y ningún equipo me quisiese en el suyo. A este paso me pondré un saco atado con una cuerda los 365 días del año, aviso, crearé tendencia.

En fin, que esto de ir de compras a veces es tan agradable como si te quemases con la plancha.

Casi casi...

- Las tallas varían y las matemáticas fallan, la 44 aquí no es igual que la 44 allí...
- La mayoría las hacen tirando a pequeñas y piensas en comprarte dos para unirlas...
- Hay tiendas en las que ni entras porque si pisas ese suelo las dependientas te miran como si hubiese entrado un ser en peligro de extinción... como si en la entrada hubiese un peso en el suelo que sólo ellas viesen y les saltase la alarma... Cuidado cuidado!! Error!!! Expulsar!!!... Te miran tan fíjamente que yo realmente me preocupo por si les ha dado un jamacuco o algo peor...


Total, que la mejor solución, como para casi todo, es TOMÁRSELO CON HUMOR. Aquí algunas sugerencias:

- Nada de ir sin arreglar. Peinada y algo de maquillaje. Así la ropa sienta mejor creeme. Llámalo efecto placebo o "quiero-verme-guapa" ;-)

- Zapato cómodo, si te suele costar encontrar algo no querrás desistir a la media hora (aunque yo lo haría a los 10minutos pero bueno). Si buscas algo en concreto llévate esos zapatos que irían a juego o el traje al que buscas zapatos. No juegues a la ruleta rusa... 

- Nada de probarte un vestido o falda bajándote simplemente los pantalones, sin quitártelos.Venga ya... super sexy oiga. Todas lo hemos hecho y sabemos lo mal que una se ve. Y si eso te queda bien es que no tienes problemas para encontrar ropa y todo te queda bien (envidia mala!)... qué haces leyendo esto, jaja.

- Revisa tu armario antes y piensa detenidamente qué te hace falta... Procura variar, tener unos básicos y a partir de ahí añadir ropa y complementos. Tampoco vale tener 57 pantalones iguales, negros seguramente... Ya basta de ir de uniforme. Hay que hacer un pequeño esfuerzo aunque sea una pulsera bonita y unos morros rojos, EA! Porque yo lo valgo!

- Si das con alguien desagradable no le hagas ni puñetero caso. Es más, pídele opinión, acercate y ponle incómodo a él... jajaja, a veces puedo ser mala :-P 


¿Tienes un color o prenda con el que te sientas realmente guapa? Yo si llevo algo rojo, una cazadora de cuero, unos tacones "cómodos" o el pelo bien bien peinado... me siento en la gloria. Y eso se transmite. Ponte algo de eso al menos una vez a la semana y recuerda esa sensación, aunque sea para ir a la compra. Yo voy al super con mi chupa de cuero y siento que soy Julia Roberts comprando en Beverly Hills...



Créetelo, si tú no lo haces nadie lo hará. Ayer iba en el tren porque había quedado con una amiga en el centro. Hacía mucho calor y me puse falda, aunque no me agradan mis piernas en absoluto... son anchas y muy pálidas... Pero me puse una falda mona, unos tacones no muy excesivos, un poquito de escote, bien peinado, labios rojos y gafas de sol.

Vamos... Cuando una quiere...

El caso es que en el tren se iba subiendo gente y en una parada subió un grupo de chicas monísimas. Una se sentó a mi lado y empezó mi cabeza a maquinar por libre...
- Pfff, mira que blanca estoy, y ella tan morenita
- Y esas piernas tan firmes y delgadas, yo aquí con mis jamonazos
- Hasta las uñas las lleva mejor pintadas...
...

Podría haber seguido pero he reconocido al monstruo y le he parado los pies. He pensado en toda esa lista de cosas buenas que hice, en mis logros, mis morros rojos... y volví a sonreir :)

Igual soy muy rara pero es como soy, jaja, creo que si uno se siente a gusto lo transmite y no hay que fingir ni ocultar nada. Y no siempre tiene que ver con los kilos, sino con lo feliz que eres. Seguro que ha habido épocas en las que estabas más delgada y si analizas una foto igual no te ves TAAAN bien como pensabas, que quizás ahora eres más feliz y sólo te falta pulir estos kilillos... si?

Dicho esto ahora a ver si lo pongo en práctica de verdad. Mi reto es comprarme mañana un bikini y bajar a la piscina que tengo debajo de mi casa... y que no bajo porque me dan vergüenza mis lorzis. ¿El muñeco Michelín a mi lado? Kate Moss... jajajaja! 



jueves, 17 de julio de 2014

Qué tienes tú que no tenga yo

o dicho de otro modo,
¿Qué tengo yo que tú no tengas?
¿Por qué esa obsesión por compararse? ¿De dónde viene? Pero no en las cosas buenas que uno puede ofrecer, nooo... Tendemos a compararnos buscando aquello que no tenemos, un mejor cuerpo en este caso, aunque es aplicable a todo: una casa mejor, un coche mejor, una suegra mejor... Bueno, esto último es normal.

Tampoco es bueno compararse en plan envidioso. Mirar por encima a aquellos que tienen (supuestamente) algo peor que tú para sentirte tú mejor. 

La cuestión es que parece que nunca veamos lo bueno que tiene cada uno. ¿Algo habrá, no? Aunque sea lo bonitos que tiene una los dedos meñiques del pie... Creeme, seguro que hay otra persona que los envidia y tú ahí sin darles importancia, abandonaítos los tienes (aunque seamos sinceros, precisamente los meñiques del pie no sirven para nada, pero eso no importa ahora mismo, si los tienes bonitos enhorabuena, los míos son enanos y apenas puedo pintarme la uña... grrrr!).

Pero no se trata de compararse ni de envidiar, se trata de saber las cosas buenas de cada uno, aquello de los que podemos sentirnos orgullosos, sean meñiques o un pelazo de película. No tiene que ser algo sólo físico, personalmente valoro mucho si alguien es agradable y puede mantener una conversación interesante, que tenga algo que aportarme más allá de ese pelazo o mirada atractiva.

Otra cosa es que para lo que unos es atractivo, para otros no les seduce en absoluto. Por ejemplo, a mí me encanta un hombre con barba, soy beardlover, qué le vamos a hacer, aunque a amigas mías les parezca algo horrible. Más para mí oiga. 

El caso es que en vez de fijarnos en lo que nos falta buscándolo en los demás (qué estrés!), podríamos hacer una lista, mental o física, de las cosas que nos gustan de nosotros, ya sean físicas, mentales o virtuales, qué se yo...! Lo que te apetezca, aquello que sabes que se te da bien, aquello que otros han destacado en ti... 

Mírate al espejo (y no huyas, que nos conocemos), párate un segundo y piensa...
"Oye, pues mira qué sonrisa... y esas piernas tan largas? Y ese lunar estratégico?..."
TODOS TENEMOS ALGO BUENO.  

No niegues con la cabeza, es cierto y lo sabes. Hasta tu abuelita de 97 años seguro que tiene algo bonito que ofrecer, o tu vecino pesado del quinto que sólo te pide cosas, seguro que no te has fijado en sus manos. Por ejemplo, igual tu vecino del 5º está tremendo. 

Yo soy experta en sacarme defectos y compararme con todo aquel que pese o aparente 100grs. menos que yo... Así que sí, es difícil, pero sienta tan bien... he hecho una lista y llevo una copia en el monedero, para que cada vez que voy a pagar algo diga "pues soy la leche!" (la leche soy, pues mi piel es blanca tirando a translúcida, así que ser la leche no me resulta desconocido). Luego el cajero se extraña de mi sonrisa y se crean malentendidos, claro, pero eso ya es otra historia...

En mi caso, pues creo que tengo un pelo bonito, y sonrío a menudo, cosa que no me da apuro porque de pequeña sufrí el llevar un aparato varios años y después de eso me apetece sonreír siempre ;-)  Soy de complexión grande pero estoy proporcionada, es decir, tengo cintura, pecho, muslamens... lo único que es como en la película,
 "Cariño, he agrandado a la niña"

Sólo me falta volver a mi tamaño original y listo. 

Tengo facilidad para hablar con gente nueva, soy bastante curiosa y tengo empatía. La gente dice que soy alegre, aunque yo sé que si estoy triste no lo cuento y por eso nadie lo ve, o que si me enfado parezco un volcán, pero me dura 2minutos, jeje... SOLO COSAS BUENAS VENGA!!


miércoles, 16 de julio de 2014

¿Por qué engordo, doctor?

Bueno, este tema daría para escribir una enciclopedia de 27 tomos pero me parece importante hablar sobre ello. Lo primero es decir que llevo muchos años con problemas de kilos, así que es como si tuviera mi carrera con doctorado honoris causa incluido. Hablo desde la experiencia, que como bien dice el refrán:
"La experiencia es un grado"
Recuerdo que allá por los 12-14 años visité a un "gordólogo", que es como llamo a los profesionales de estos temas. Me hace cogerles más cariño en vez de odiarles. Recuerdo que siempre fui una niña grande, pero sin problemas realmente de obesidad ni nada de eso. Hay niños esmirriados y niños grandotes, pues yo de la segunda categoría con méritos propios. Sin medias tintas oiga. Ha tenido usted una sandía. 

El caso es que fui siempre una niña muy desarrollada para mi edad. Si a eso le añades esos grandiosos años de adolescencia, el resultado es digno de estudio. Pero bueno, no quería sentarme en el diván, sólo echar un poco la vista atrás. 

A mí lo que me engorda es callarme, tragarme los malos rollos, que parece que sean muelles o esponjas y se expandan en mi interior. Así de simple. Si estoy a gusto con lo que hago y pienso, todo va bien, pero si hay alguna emoción mal llevada... ZAS, como las palomitas, PLOP!  

Algunas veces lo he compensado con la comida, cuando no entiendes lo que te pasa y necesitas un alivio inmediato. Ya sea por tristeza o cabreo. Toda esa energía hay que canalizarla de alguna manera, y si no la expresas pues... es como una olla a presión, sólo que te va consumiendo por dentro. Por eso, el primer paso, es saber qué te pasa, y luego sacarlo fuera, todo para fuera, todo todo todo!!! 

En la vida nos callamos tantas cosas que un día vamos a salir volando con todos esos pensamientos hinchados como globos. ¿Te lo imaginas? Todos aquellos que no estuviésemos a gusto con nosotros mismos flotando... y los afortunados que viven a su manera, caminando por las calles. Sinceramente, creo que:

1. Tengo demasiada imaginación (y tiempo libre)
2. Los globos humanos colapsarían el cielo

Cambiar globos por kilos y aquí está el resultado.

Pero es así, por eso soy partidaria de hablar las cosas, tratar de solucionar aquello a lo que no paramos de darle vueltas... pero ante todo, si algo no va a cambiar o no tiene solución, cambiar nuestra actitud, dejar de machacarnos por ello. Aceptar que no va a ser como nos gustaría a nosotros y seguir con nuestra vida. 

Lo sé, simple sobre el papel y complicado en la realidad, pero sienta muy bien, te quedas en paz contigo mismo, que es lo que busco y de lo que hablaba al principio, estar a gusto con lo que piensas y haces. 

Amén! 

Oiga, que a gusto me he quedado, jaja. Ahora toca llevarlo a la práctica, que poco a poco, lo voy consiguiendo. Esos días son los mejores, cuando quieres hacer algo y lo haces, a pesar de lo que diga el resto, cuando DE VERDAD te dan igual sus opiniones, cuando no te callas y dices lo que piensas, o cuando te callas porque ni te importa y es una pérdida de tiempo y te sientes bien por ello. Cuando te superas y vences algún miedo... Cuando sabes que vas lo que estás haciendo va encaminado a conseguir lo que te apetece y encima disfrutar por el camino. 

Sólo me falta subirme al púlpito y gritarlo. 

Tiempo al tiempo.


En fin, que estaba pensando en escribir aquellas pautas que hacen que el peso aumente, pero creo que "sólo" son síntomas de esto que hablo. Ya sea por aburrimiento, tristeza, rencor, estrés... Todo son emociones mal llevadas, pero aún así haré una lista de mis peores hábitos, a ver si se me marcan como la letra escarlata:

- Picar entre horas. Debería tener una nevera y despensa con cámaras para visionarlo después, alguien que siguiese los pasos por la calle en esos picoteos inocentes... Si unimos esos paseos podría haber corrido una maratón.  
(por aburrimiento, estrés...)

- Pasión por el dulce. Hace años fumaba y dejarlo no me costó ni la mitad que me cuesta no tomar cosas dulces. Mi cuerpo me lo pide a gritos, como un fantasma que te persigue.  
(sobre todo en los días más grises que estoy de bajón o ansiosa por algo...)

- Poca planificación. Aunque ahora lo llevo mucho mejor, antes podía comer lo mismo 38 días seguidos o darme cuenta que hacía más de dos meses que no probaba un huevo o las legumbres. Independizarte cuesta, pero mi época de tuperwoman me ayudó a equilibrar las comidas y planificarlas con tiempo. 
(por cansancio sobre todo...)

- Ejercicio nulo. Ya lo dije ayer... el culo me duele a veces de estar sentada. Camino 1h y mis piernas me lo recriminan... "Pero tú de qué vas? En mi contrato no pone nada de caminar!!"   
(por cansancio, aburrimiento, complejos...)

Básicamente esos son mis mayores pecados. No soy de comer muchísimo, pero todo eso junto da lugar a una fortuna si me diesen mi peso en oro. Como he visto, todo se puede asociar a alguna emoción (dios que pesada soy, pero es que fue un gran descubrimiento darme cuenta de ello y tengo que contarlo!). 

En mi caso remediar todo esto conlleva un gran esfuerzo, pero más que físico, mental. Luchar con esa vagancia, manejar el estrés de manera adecuada, analizar por qué estoy de bajón y ponerle solución, dormir bien para no estar cansada, un gran manejo en relaciones personales...

Poco a poco esas obligaciones se van convirtiendo en buenos hábitos, que es lo que te ayuda a dejar ese círculo vicioso tan negativo.A mí la música me ayuda mucho, tengo comprobado que si estoy ofuscada por algo si me pongo un rato música que me guste lo veo de otra forma. Ya sabes:
"La música amansa a las fieras"

Si a una canción le añades un baile, como sea, estoy segura que 1min después te sentirás mucho mejor. Si no me crees pruébalo y me lo cuentas ;-)

Un simple ejemplo muy gráfico (no hace faltar romper nada si la ocasión no lo requiere):


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martes, 15 de julio de 2014

Infarto y caminatas

Eso es lo que casi me pasa cuando me he subido a la báscula esta mañana. Mucho más efectivo que un lifting para estirar la piel de la cara.

Noooooooooo!!
No puede ser... Madre míaaaaa!!!! Perooo...

Me voy a dar un par de días para asimilarlo y que la cara vuelva a su ser. Al bajarme de la báscula sólo he podido pensar...
Ojalá hubiese un botón así, aunque no sé muy bien qué ocurriría al pulsarlo. ¿Vendrían los GEOS y te limpiarían la nevera? 

Llevaba tiempo postergándolo, sabiendo que había subido un poco de peso, principalmente porque la ropa no miente y el factor chicha había aumentado considerablemente. Pero bueno, al toro por los cuernos, para eso estamos aquí.

Mi primer objetivo será moverme más, no digo ya hacer ejercicio... pero sí salir a caminar a diario al menos. Me muevo tan poco que al día debo quemar las calorías de una loncha de pavo. Así mal vamos, tengo que mover estos adipocitos y ponerme en forma. 

Me vestiré con el uniforme de salir a caminar. Pantalón chandalero pirata (negro, que estiliza) y camiseta que disimule el sudor. Porque señores... aquí parece que nadie suda. Cuando iba al gimnasio todas iban estupendas y al bajarse de la cinta ni se habían despeinado. Eso sí, yo salgo a caminar 1h y vuelvo que parece que haya escalado el Everest. Misterios sin resolver. 

Tampoco me hace gracia ese grupo de señoras mayores que se reunen para el mismo ojetivo pero no van a un paso normal, o paso que esperas de alguien mayor, qué va... Ya me gustaría a mí ir a su ritmo!!! Las admiro. Quiero saber lo que desayunan.

Luego están esas personsa, los runners, esas a las que tanto me gustaría parecerme pero que, de momento, me quedan bastante lejos. Llevan siempre un aparatito para medir cuánto corren, a qué velocidad, el recorrido, las calorías, el pulso... y seguro que hasta hacen radiografías. Están acostumbrados a correr 1h a buen ritmo y les parece que tú has salido a pasear y dar de comer a las palomas. 

Tengo más excusas para no salir a caminar, porque sólo es eso, excusas y complejos. Ya llegará el momento de adelantar a esos runners y grupitos de mayores superdotados. 

Lo malo (otra excusa más), es que estamos en verano y hace más que calor. El simple hecho de salir a la calle, aunque sea a tirar la basura, ya me supone un esfuerzo, así que salir a caminar por caminar... pffff... Va a ser todo un reto!!! 

En esta época suelo dormir muy mal por estos calores. Hoy mismo he visto amanecer, algo que por otro lado me ha encantado y hacía tiempo que no veía. Algo hizo "click" en mi cabeza y creé este blog. Tengo costumbre de "trabajar" de noche desde la carrera, hacer cosas mientras otros descansan. Es un buen momento para que nadie te moleste. La verdad es que salir a caminar a las 6.00h de la mañana sería genial, nadie te molestaría ni haría mucho calor.

Ahora sólo falta encontrar las ganas y unos 5 despertadores. 

lunes, 14 de julio de 2014

Estrenando

 Creo que voy a empezar por escribir sobre el título del blog...

¿Y si lo consigo?
¿Qué harás si lo consigues?
¿Y qué quiero conseguir? Pues muchas cosas, la verdad, pero ahora mismo me centraré en mí. Me presento: Me llamo Clara, tengo 33 años y quiero gustarme, valorarme, quererme... Mirarme al espejo y no agachar la cabeza, que ya llevo demasiado tiempo haciéndolo y estoy cansada. Es como si llevase un disfraz, uno de oferta de esos que te sobran por todos lados y te queda mal pero que tienes que ponerte porque llegas tarde a la fiesta.

No es que sea un alma en pena que se lamenta de los kilos a todas horas... pero sí que me influye más de lo que me gustaría. Y digo... con la de cosas que has conseguido en la vida, ¿y no vas a poder con esto?

Eso me lo digo mucho, pero es que mi cerebro ya no se acuerda que en otro tiempo estaba delgada... y sinceramente, me gustaría volver a sentirme así de bien, no ya por la ropa (que también, claro), sino por la sensación de estar a gusto contigo mismo. Para mí, eso no tiene precio.

Estar a gusto y en paz, sabiendo que haces lo que quieres y gustarte lo que ves en el espejo (y al cerrar los ojos, porque ésto no es sólo físico)... eso, no tiene precio. 

Me he dado cuenta que motivarme es fundamental ya que soy muy impaciente. Lo quiero todo YA. Pongo mucha ilusión al principio y luego soy como un globo, pero no me da tiempo a deshincharme, exploto de repente y abandono. 

Por eso necesito tener presentes mis objetivos en mente, cosas que me ayuden a recordar por qué quiero conseguir aquello y el por qué estoy luchando por ello. Ya sea un bikini pegado en la nevera o la idea de perder el bus y no morir en el intento. Todo vale.
¿Qué te motiva? ¿Qué quieres conseguir realmente? 

Tengo por delante muchos kilos, creo que casi tantos como años, así que, ¿por qué no hacer una buena lista de motivos-deseos y centrarme en uno cada semana? Si hace falta me la pego en todas partes, haré copias y me la coseré hasta en el forro de la chaqueta:

1. Por disfrutar más del verano y no me chirríen los dientes al pensar en bikinis
2. Por no avergonzarme cuando me desnudo ni hacerlo en dos micro segundos a modo de contorsionista, a oscuras... ni Spiderman en sus mejores momentos
3. Para ponerme minifaldas, que estos jamones patanegra hay que lucirlos alguna vez
4. Para que no me rocen los muslamens (sólo a quién le pasa sabe lo que es eso...)
5. Ni tener chichas en la espalda (aquí lo mismo... grrrr!!!)
6. Para que dejen de decir "Uy qué guapa, adelgazaste?" "Uy qué guapa, no pareces tú..."
7. Para darle en las narices a algunas personas (esto lo último perooo... je)
8. "Uy, cómo has cambiado? Sigues una dieta?"..."Qué va, como de todo y apenas hago ejercicio"
9. Para sacarme fotos sin posturas o poses raras (saca hombros, estira cuello, sonríe pero cuidado con esos mofletes, postura ladeada de piernas a lo Miss... Natural como la vida misma)
10. Para no sentir siempre envidia de la gente delgada y sacarles defectos mentalmente para no sentirme inferior... (pues será tonta, mira qué uñas, y ese pelo pfff... Anda y calla)
11. Para poder correr alguna vez una carrera aunque sea de 100m
12. Para acostarme con mi marido sin pensar en aquello que no quiero que se mueva-toque-mire... (momento gelatina al poder)
13. Porque no quiero que mi sobrina herede estos complejos y se sienta siempre guapa
14. Por dejar de compararme con la gente y no ser siempre "la gordita" simpática... quiero ser la buenorra y además simpática
15. Por entrar en cualquier tienda sin pensar preocuparme de las talla, porque parece que compro porno con tantas XXX-L
16. Para ver fotos de "antes" y "después", esas que tanto motivan y asustan al mismo tiempo
17. Por no querer morir quemada antes que decir mi peso en voz alta
18. Para poder ayudar a otros, decir, "yo lo hice, tú también puedes!"
19. Para volver a patinar sin cansarme a los 5min ni pensar en Godzilla con ruedas
20. Por saber que puedo conseguirlo, ganar en confianza y que me salga por los poros
21. Para no ser tan susceptible cuando se habla de dietas y pesos, cerrar ese círculo
22. Porque podría escribir un libro con excusas
23. Por mí, qué narices, por salud! Por saber qué se siente!

Creo que cualquiera que haya pasado por esto podría escribir una lista similar al estilo de los Reyes Magos o rollo de papel higiénico, pero por acortarla un poco... Aquí está, siempre me gustó el número 23. Me lo leeré a diario si hace falta.

Se acabaron las excusas y dejarlo para el lunes que viene!! A por ello :)